Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre. (Salmos 103:1)
El salmo empieza y termina con el salmista predicándole a su alma que bendiga al Señory también a los ángeles y a los ejércitos celestiales y a las obras de las manos de Dios. El salmo está asombrosamente enfocado en bendecir al Señor. ¿Qué significa bendecir al Señor? Significa hablar bien de su grandeza y bondad.
Lo que David hace en el primer versículo y en los últimos, donde dice «bendice, alma mía, al Señor», es decirnos que hablar de la bondad de Dios y su grandeza debe venir desde el alma.
Bendecir a Dios con la boca pero sin el corazón sería hipocresía. Jesús dijo: «Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está muy lejos de mí» (Mateo 15:8). David conocía este peligro y se predicaba a sí mismo para que esto no sucediera.
Ven, alma mía, mira la grandeza y la bondad de Dios. Acompaña a mi boca, y alabemos al Señor con todo nuestro ser.
Devocional tomado del sermón“Bendice, alma mía, al Señor»